Candelilla de Menade es uno de esos proyectos en los que la confianza del cliente es tan importante como el trabajo de la agencia. El trabajo con las bodegas es tan duro como gratificante y existen algunas barreras forjadas por la tradición que cuesta mucho saltar.
Con este vino D.O. Rueda nos hemos quitado una espinita y hemos llevado el concepto hasta el final. Como queríamos. Con algo que casi ya no se ve: la confianza ciega y la emoción por parte del cliente.
Candelilla de Menade es un vino de vendimia nocturna, un momento mágico en el que las flores se esconden en la oscuridad y salen a relucir las luciérnagas que alumbran el campo como si fueran candelas. La etiqueta, orientada a un target femenino y joven, muestra la riqueza de ese campo durante el día, lleno de flores silvestres y sus pequeños habitantes. Y cuando cae la noche y se apaga la luz... la etiqueta muestra las luciérnagas que aparecen de la nada para alumbrar las bodegas de los restaurantes y las vinacotecas al otro lado del charco. ¡Voilá!