martes, 25 de octubre de 2011

Hace cuatro años…

--> -->
Nos daban las llaves de un estudio vacío compartido. Abríamos la orden de trabajo 001: “reimpresión de sobres americanos sin ventana”. Presentábamos papeles y más papeles para formalizar un sueño. Trabajábamos en horas intempestivas para sacar un volumen mucho más pequeño de curro. Todo lo que nos rodeaba era prestado o de IKEA. Apenas teníamos 10 libros de marketing, diseño o creatividad. Éramos más jóvenes. Más impulsivas. Más locas. Queríamos comernos el mundo y no teníamos miedo al trabajo o al fracaso. Hace cuatro años la frase que más nos repetían era “ahora viene lo peor, no es un buen momento para montar un estudio”

Hoy, cuatro años después, muchas cosas han cambiado.

No hace ni medio año que empezamos a trabajar en nuestro propio estudio. Llevamos 782 trabajos a nuestras espaldas: 782 órdenes de pequeños y grandes proyectos en los que damos lo mejor de nosotras. Seguimos presentando papeles y más papeles para todo tipo de cosas. Somos capaces de sacar adelante un volumen mucho más grande de trabajo, aunque en temporadas como esta, seguimos trabajando a horas intempestivas. No queda casi nada de IKEA, nos hemos pasado a Stua, tenemos 2 sillas Doing que nos vuelven locas (aunque a los clientes les de miedo sentarse en ellas) y hasta con los colgadores nos hemos dado un capricho. Hemos tenido que comprar un estantería industrial de tres metros de alto que ya está llena de libros. Somos más mayores y menos impulsivas, pero seguimos igual de locas. Queremos comernos el mundo y no tenemos miedo al trabajo o al fracaso. Seguimos oyendo “ahora viene lo peor” pero ya nadie nos dice eso de “es un mal momento para tener un estudio”

Hace poco vino un antiguo conocido. Un emprendedor nato. Alguien con visión de negocio al que la vida recompensó tantas horas de trabajo y esfuerzo. “Si cuando te levantas esperas conseguir la luna, es probable que te encabrones. Pero si tienes claro lo que quieres y cada día que vas a trabajar te das cuenta de que eres afortunado, puede que sin darte cuenta algún día lo que tengas bajo tus pies sea esa luna que siempre viste tan lejos”

Después de estos cuatro años, en días como hoy en los que cuando venimos a trabajar sólo hay parejas etílicas de vuelta a casa, bares con las persianas a medio subir y nos paran en un control de alcoholemia (buen regalo de aniversario); nos seguimos sintiendo afortunadas. Porque nos apasiona nuestro trabajo y nos satisface ver cómo la mayor parte de los que empezaron con nosotras siguen confiando en nuestras ideas. A todos ellos, a los recién llegados, a los de casa y a nuestro pequeño pero exclusivo club de fans: muchas gracias.

Larga vida a la publicidad.
Larga vida a La Consulta Creativa.