Haciendo ciertos retoques a un texto que tienen nuestros diseñadores de interiores preferidos (ángulo estudio interiorista), hemos conseguido acercarnos bastante al perfil de un creativo, que salvando las distancias, guarda un parecido razonable con el de un diseñador de interiores o incluso con el de un arquitecto. Una bonita reflexión sobre las características de nuestra especie.
Un creativo no es un torero pero debe tener coraje para exponer sus ideas. No es un artista pero debe debe tener educación plástica; no es un relaciones públicas, ni un político, pero debe tener mano izquierda y ser diplomático.
Un creativo no es un soldado pero defiende su agencia, no es un filósofo pero vive de construir mundos propios, no es un bombero y sin embargo apaga fuegos. Un creativo no es un economista pero administra los recursos con los que cuenta.
Un creativo no es un ingeniero pero resuelve los desafíos técnicos y para ello explica con soltura sus ideas. No somos historiadores pero somos conscientes de nuestros antecedentes. Tampoco somos científicos... y sin embargo nos apasiona la investigación.
Yo que soy creativo no soy genio, pero genero. No soy astronauta pero tengo visión global. Nunca me he considerado un seductor pero a veces levanto pasiones, tampoco un anarquista pero choco con lo establecido.
Se lo que soy: un creativo, pero evito parecer lo que soy. Mis clientes lo saben y yo también.